El proceso creativo de Jordi Colomer se debe al desorden, que en su caso se caracteriza por el tiempo que pasa observando como se ordena la gente, ya que desestima trabajar solo, prefiriendo la ebullición que viene dada al trabajar con un gran número de colaboradores. Él siempre trabaja con lugares concretos, y para poder intervenir en ellos previamente consume una cantidad masiva de información, que en gran parte es cinematográfica, de modo que una vez empieza a trabajar deja que el inconsciente filtre lo necesario. Otra característica es que para ordenar ese orden azaroso hace uso de fechas límites para dar forma a sus proyectos. Hasta ese momento las cosas flotan, pero llegada la fecha éstas caen aterrizando de un modo específico, tal es así que parece que no podrían tomar otro lugar. Dice que “las cosas encuentran su lugar por si solas”. A raíz de su fuerte influencia fílmica y que decide esquivar, en la medida de lo posible, la institución museística, trabaj...
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